Primer día en el colegio Sabin Akrofrom

¡¡¡Riiiiiiiiiing!! Comienza el día a las 5:30h.

Tras apenas dormir por los nervios, los ladridos del perro, los mosquitos, los gritos de unos que mientras entrenan gritan a pleno pulmón,... nos levantamos para ver la oración de los hermanos, pero al notar que cerraban la puerta nos quedamos fuera... Ya tendremos más oportunidades de asistir a una.

Desayunamos y rumbo al cole.

Mientras ibamos con los brothers en la furgo, Paula y yo nos mirábamos y pensábamos en lo que nos encontraríamos al llegar allí, algo nos habían contado, pero no es lo mismo que verlo en persona.
Al llegar todo eran sonrisas y saludos. En un principio nos metimos en el despacho de la Madame (la directora) para esperar a que los niños se pusieran en filas, todos colocados con la punta de los viejos zapatos o sandalias con tres numeros más, pegados a los talones del que esta delante. Una vez así los niños rezan y cantan el himno de Ghana.

Los profesores controlan que no se mueva ni un milímetro cada niño y que recite correctamente el himno. Al acabar, Joseph, un brothers nos presentó delante de todo el colegio y dijimos, como pudimos, en spanglish, algunas palabras.

Es un colegio muy grande, pero no lo suficiente para tantos alumnos, si no hemos entendido mal son unos 1300.
Nada más entrar te encuentras con 4 edificios, uno donde esta la sala de profesores, la biblioteca y la "sala de ordenadores". (Aún no hemos visitado esta parte, asi que no os puedo contar más). Por otro lado están los despachos y la secretaría. En el tercer y cuarto edificio, los más grandes, es donde se encuentran las clases de primaria y secundaria respectivamente. Cuando tu entras en las clases de cualquier cole te imaginas un montón de dibujos pegados en las paredes, los diferentes rincones, de lectura, de juego, de animales,… Aquí no hay nada de eso. Solo hay pupitres de madera, viejos y rotos, una mesa para el profesor, la pizarra, y un armario al final de la clase, completamente desordenado, que, cuando la profesora quiere coger algo, nunca lo encuentra. Como podéis comprobar los recursos materiales son mínimos, y los que hay están en muy malas condiciones.

En el patio no hay nada. El verde de los árboles, la arena rojiza y el sol, nos recuerdan que estamos en Ghana. Tan sólo hemos visto un campo de tierra con grandes desniveles y con dos porterías, no quiero ni pensar como se pondrá cuando llueva.

Los niños en el recreo deambulan por allí, sin saber qué hacer, ni a qué jugar, mientras los profesores, todos, disfrutan de un coffee break, nadie les vigila.

Tras la gran presentación, Paula y yo nos dirigimos de nuevo a la Madame para ver dónde y con quien nos ubicaba. Las dos tuvimos la sensación de que no sabían muy bien qué hacer con nosotras ni a dónde mandarnos. Nos preguntaron que queríamos enseñar y a qué curso, elegimos a los más pequeños, y cada una explicó lo que estaba estudiando, yo para ser maestra de Educación Física, Paula, para ser maestra de inglés.

Finalmente tras pasar por varias clases sin saber muy bien lo que decían y lo que pensaban, deciden colocarnos en las clases de segundo curso, la A y la B, con niños de entre 5 y 8 años, aunque habrá alguno que tenga más, no entiendo muy bien la organización de las clases.

La profesora con la que estoy yo, se llama Bella y dará a luz dentro de un mes. Ella imparte Inglés, ciencias y matemáticas. Y la verdad es que ha tenido bastante paciencia conmigo hoy, ya que me cuesta entender lo que dicen, porque el inglés al que estamos acostumbrados a oir es muy diferente al de aquí, y a esto le tenemos que sumar la rapidez con la que hablan, por lo que la he tenido que preguntarla mil cosas.

Al principio de cada clase los profesores recogen el dinero del bus y de la comida, hay mucho movimiento de personas, los niños, alguna madre o los hermanos mayores que les guardan el dinero a los más pequeños. Tras ello, comienzan las clases.

Bella ha tenido que ir al otro grupo para impartir inglés, así que he decidido acompañarla, allí estaba Paula.

Como nos dijo John Kusí, el método utilizado aquí, no es bueno, los profesores no tienen la formación necesaria como para ser maestros. Los niños solo de dedican a repetir, a repetir, y a repetir. Y a copiar los ejercicios en cuadernos de hojas amarillas y forrados con hojas de periódico. Muchos no disponen de este material, por lo que se dedican a mirar al compañero.

Además de estas dificultades hay que sumarle que muchos niños no saben hablar bien el inglés, sobretodo en los primeros cursos, debido a que muchos de ellos provienen de familias de poblados en los que solo se habla el Twi, que como comenté ayer es el idioma de la región Ashanti. Por ello, al ser las clases en dicho idioma, muchos se encuentran perdidos y no entienden nada de lo que se les explica, solo aprenden de memoria, conceptos sueltos sin sentido. Pero aquí no existe el conocido feed-back que nos enseñan nuestros profesores, nadie les pregunta dudas, si lo han aprendido, si no,… La profesora les pide que repitan lo que ha dicho, por ejemplo las vocales, si no responden correctamente el castigo puede ser la vara, quedarse de pie durante toda la hora, …Los niños apenas se expresan en clase, tienen miedo a decir las cosas por el castigo que hay después.

Hoy por ejemplo, en las últimas horas de clase, me he quedado sola con ellos, (Bella se ha ido a hablar por teléfono) explicando en clase de ENGLISH LANGUAGE las vocales, las consonantes y el número de letras en algunas palabras. He decidido ir ayudándolos a copiar un ejercicio, los niños apenas te miraban, dentro de clase tienen miedo,… pero al salir fuera, al patio, todo cambia.

Creo que hoy he recibido más abrazos y sonrisas que en toda mi vida. Es increíble como nos miran, nos huelen, nos tocan el pelo, la piel, los brazos, te enseñan, te acompañan,…

Al tener un rato libre en la hora de la comida, hemos bajado a buscarlos al comedor, que se llega por un caminito, en medio de una especie de bosque, o más bien selva, que estamos en África. (Se me ha olvidado decir que en esta zona está situado también la zona de Kindergarden, infantil). A la vuelta a las clases, íbamos Paula y yo enseñándoles alguna canción a los peques, cada una con 30 niños a nuestro alrededor, que se pegan por tocarnos, por darnos la mano y chocarnos los 5.

Ha sido un día muy, muy duro, y sobretodo largo. Aun así de todo se aprende, y como les decimos a los hermanos “Little by Little” (poco a poco). Ahora nuestra misión principal es enseñar a los profesores otras alternativas y hacer que los niños aprendan jugando (Como me ha dicho Cris, mil gracias por esos consejillos), que se olviden un poco de su día a día en el cole.

Os dejo una foto de nuestros compañeros de habitación, ¿qué os parece?

Os dejamos ya, que estamos muertas de cansancio.Mañana más y mejor, y esperemos que alguna fotillo de los peques.

Y dejarnos algún mensajito, que se agradece saber de la gente que queremos y que está tan lejos.