jueves, 10 de noviembre de 2011

Le tengo pillado el truquillo a volar...!

Martes 8 de Noviembre. Como cada día nos ponemos en pie a las 5:50h para vestirnos, recoger la habitación, preparar el desayuno y la mochila para el cole. Desayunamos con los hermanos y nos vamos en la bala de plata hacia Sabin Akrofrom.

Nada más llegar saludamos a Verla, quién ya se encuentra bien.
Al rato nos dice Joseph, el brother, que me llevan al hospital (En un pueblo llamado Bekwai); Paula, mi sisters, se viene conmigo. (Mil gracias pequeña)
Estuvimos allí desde las 8:00h hasta las 12:00h.
Al principio estábamos un poco perdidas, no sabíamos dónde teníamos que ir, y encima la gente que trabajaba en información, apenas hablaba inglés.

El hospital es un espacio formado por varios bloques. En cada uno se encuentra una sección. Como os imagináis las condiciones higiénicas dejan mucho que desear. Además aquí nunca hay prisa, todo va muy lento, nadie se estresa. Allí no vimos nada esterilizado, la enfermera estaba cortando unas gasas encima de la mesa llena de cuadernos y papeleos de la gente.

Muchas veces lo comentamos entre nosotras y creemos, bajo nuestro humilde punto de opinión, que no perciben la importancia de una buena higiene, por lo que muchas enfermedades surgen debido a que no limpian bien. Pensamos que no basta con decir “hay que limpiar”, o “lávate las manos”, lo que hace falta es enseñarles y explicarles que si no limpian bien corren el riesgo de coger algún virus o enfermedad.

Tras este pequeño paréntesis, sigo con la explicación de nuestro día. Unas cuantas vueltas, y por fin encontramos el "edificio", más bien caseta, formada por 4 paredes de ladrillos, donde nos atenderían.

Primero rellenamos la inscripción, donde había que escribir unos datos un poco absurdos, tales como mi religión, y mi estado civil.
Todo el mundo nos miraba extrañados, nosotras también teníamos una cara de asombro que no pasaba desaperciba.

La "sala de espera", estaba sólo techada. La gente esperaba en incómodos bancos de madera, parecía que había competiciones de cuantas personas cabían en ellos. Cuando me llaman me piden que me siente en una silla y que diga las letras de un cartel... ¡Correcto! se habían pensado que acudía al médico por un problema en los ojos... Os podéis imaginar, la gente con timidez, se moría de risa, al igual que nosotras.

Cabe destacar la consulta del oculista. Te examinan la vista pidiéndote que digas las letras dibujadas en un cartón, siempre las mismas, y delante de toda la sala de espera. No hay más, esa es la consulta. Así que la enfermera, con toda su buena intención, te pondrá las gafas, medicación o lo que ella crea conveniente, según tu número de aciertos.

Nos toca esperar un poco más. Me llaman y entramos en un cuarto, con la justa luz como para poder distinguir las caras (no exagero), que se traspasa a través de las rendijas de una pequeña ventana. Le cuento al médico lo que me ocurre: mareos, dolor de cabeza y de oídos. Me examina con una luz y una lupa. Tengo otitis. Por lo que tengo que comprar unos medicamentos, después de esperar otra hora en la puerta de la farmacia con un hombre dormido a nuestro lado y que no paraba de hablar en sueños.

Volvemos al cole. Comemos y damos las dos últimas horas de clase.

Por la tarde de nuevo tenemos colada, acompañada por un buen cafetito. Ya lo echábamos de menos. Jose Antonio nos regaló una cafetera este fin de semana pasado, por lo que hay que darla buen uso. (Gracias por cuidarnos hermano)

Miércoles 9 de Noviembre. Hoy toca Educación Física, y… ¡A primera hora!.

Tenemos que aprovechar, no hace mucho calor, asi que se puede hacer deporte sin que te de una insolación.

Como siempre muchos niños no han traído la ropa adecuada, por lo que se quedan en clase. En un principio nos vamos Jay y yo con los alumnos (estaba yo sóla, asi que le pedí ayuda al americano y se vino encantado), y empezamos a explicar el primer juego, “Stop”. Al rato vienen Paula y Samuel para ayudarnos.

Decidimos dividir al grupo en dos para que nos sea más fácil moverlos y jugar con ellos.

Al final, pudimos hacer unos 6 juegos con los niños, tales como el stop, gavilán, el ratón y el gato,… Lo que pretendo hacer también es que los profes se impliquen, Samuel lo está haciendo muy bien, Verla, por su estado se quedó en clase controlando al resto. Además cada semana, aparte de explicar nuevos juegos, recordamos los de la semana pasada, para que los niños se aprendan las normas. Es muy difícil para ellos entenderlas, vuelvo a repetir que no tienen costumbre de jugar a este tipo de juegos, así que requiere tiempo, y mucha, mucha, mucha paciencia para las explicaciones.

Probé a escribir las reglas del juego, paso por paso, en inglés y antes de que empezara la clase se las di a Samuel para que las leyera. Por lo que después de explicarles el juego a los niños, él le aclaró las dudas. Funcionó genial. Además disfruté un montón viendo a esos enanos aprendiendo a través del movimiento. Parece increíble, pero yo ya voy notando mejorías, sobretodo en esta clase. Y es que sólo se necesita una pizca de ilusión y motivación.

Si cada día vamos haciendo un poquito, como me dice Mire, "granito a granito podremos conseguir grandes cosas".

El resto de la mañana me la pasé corrigiendo ejercicios de inglés, ciencias y hasta expliqué matemáticas.

Vuelta a casa en trotró, con algunos profes del cole. Es divertidísimo esquivar los coscorrones debido a los baches de la carretera.

Una duchita rápida, nos preparamos y nos vamos con Jay, quien nos ha invitado a cenar a su casa.

Llegamos allí y nos esperan las dos hermanas con las que vive. Una de ellas es su tía. Lo pasamos genial, ya que cenamos una rica Quiche de verduras, con ensalada, piña y helado. Además nos preparan una actividad estilo amigo invisible. Cada uno teníamos un número. La persona quien tiene el número 1 coge un regalo, lo abre y se lo queda. Le sigue el número 2 quien tiene dos opciones, coger el regalo del número uno o abrir otro regalo y dar uno sin abrir al número 1. El número tres tendría tres opciones. Coger el regalo del número uno, el del número dos o uno que no esté abierto. Y así hasta el final.

Al acabar, no sé cómo nos lo montamos, pero nos dieron a nosotras todos los regalos, así que estamos las dos la mar de felices con nuestro marca páginas, con el jabón, el mini botiquín y unas libretas con mariposas, mi perdición, ya sabéis.

La estancia allí se nos pasó rapidísimo y es que nos reímos un montón con su cocinera Cindy, natural de Kumasi.

Vuelta a casa, recogida de la colada, y un poco de charloteo con los novicios.

Jueves 10 de Noviembre. Paula está malita de la espalda, así que nos cuidamos mutuamente.

Hoy tendríamos moral Instrucción, pero no aparece nadie, así que me pongo a corregir los deberes de inglés. Luego tenemos Ciencias en la otra clase, se mandan unos ejercicios que también corregimos en clase.

En el cole, comemos Awaakye, que es, como no, arroz, pero de color marrón, negruzco, un poco extraño. La verdad es que no nos gusta mucho. Hoy, le hemos propuesto a Anthony que si podemos concinar algún día comida española, y sin problemas, nos pondremos a ello (Mandarnos recetas ricas y fáciles). *Mami, el bollo tan rico que haces podría ser una opción...

A la vuelta a las clases los profes tienen una reunión, los niños están solos en clase, así que me dedico a dibujar sus portadas de cuadernos (Os pongo una foto) y a forrar sus libros. Después un poco de inglés y a casa.

Hoy nos hemos enterado de que cuando Verla tenga a su bebé, Samuel tendrá que hacerse cargo de las dos clases durante los tres meses que dura la baja de maternidad. Vamos a hablar con John Kusí para ver si podemos buscar una solución.

Quería mandaros un abrazo muy grande a todos. Me encanta haceros sentir partícipes de esta gran experiencia, esa es mi intención, y espero estar consiguiendolo.

Nosotros queríamos cambiar el mundo y desde luego, no lo conseguimos. Ahora lo que intento, es que el mundo no me cambie a mí. (Noviembre)

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